Gabarrón. Raíces y esencias de las fuentes del Arte
Juan García Sandoval
Crítico de Arte y Curador
El artista español Cristóbal Gabarrón (1945-Mula, Murcia), es uno de los escultores más reconocidos internacionalmente. Su obra presenta una evolución hacia la abstracción desde una interpretación personal basada en códigos universales y primigenios, y en la transformación del ser humano. Su proceso creativo son metáforas de los diferentes viajes…, viajes en la búsqueda que la humanidad ha emprendido desde la noche de los tiempos. Interesado por cuestiones de masa y escala, de forma especial en el espacio y la materia, sus obras “son corpóreas”, dotadas de una enorme fuerza, son obras bidimensionales o tridimensionales que salen del plano y que siempre tiene un papel destacado la experimentación con técnicas y materiales diversos. Gabarrón trata los temas de la vida y la muerte, del amor y el desamor, la justicia y la injusticia, la paz y la guerra,... Todo culminado con una visión que enfatiza la energía de la materia escultórica, y donde sus raíces y orígenes de Mula, trazan un mapa y delinean sus primeras bases sólidas sobre las que reposa el presente de Gabarrón, que partiendo de la pintura y la escultura se desarrolla en ámbitos como la arquitectura, y la intervención urbana y paisajística. Sirvan estas líneas para acercar la figura de un genio creador a su ambiente y herencia de origen que ha ido cabalgando en su quehacer, y sin renunciar a él, convirtiéndose en ciudadano del mundo, con su creación de temas universales y, que se erige en uno de los artistas más relevantes del panorama internacional y con singular capacidad de trasladar al lenguaje artístico valores éticos y sociales.
Cristóbal Gabarrón pertenece tanto a ciudad de Mula, que lo vio nacer y pasó sus primeros años, como a Valladolid, donde desarrolló su adolescencia. Ambos lugares son reconocidos por el artista, dándole a cada uno la importancia que le corresponde en sus reseñas biográficas, así como a sus viajes, que comenzaron en la década de los sesenta por Francia e Italia. Y no ha dejado de viajar, con enorme inquietud de conocer mundo, desde entonces hasta la actualidad, con residencia en Nueva York. Es el viaje en cualquiera de sus etapas o itinerarios, salidas o llegadas, donde la obra de Gabarrón condensa un aspecto fuerte de su experiencia, el de “la búsqueda de la luz”, son viajes geográficos, pero más importante es la correlación “al viaje de la vida y los estados del ser”, es un “ don Quijote” contemporáneo, errante desde su niñez, que le ha dotado de una mentalidad abierta y dialogante, y como a don Quijote, para Gabarrón es su objetivo y quehacer artístico, el destruir la injusticia, la esclavitud suprema, que es la muerte, como en su serie de 2005. La forma pragmática que tiene de batallar contra la muerte es su compromiso con instituciones como las Naciones Unidas o el Parlamento Europeo, en defensa de la paz y los derechos humanos. Desde 1986 ha dedicado varias obras como “Universo de Luz” inaugurada por Ban Ki-moon el 24 de octubre de 2015, conmemorando el 70 Aniversario de la creación de la ONU, y en palabras de Donald Kuspit "es un verdadero defensor de los derechos universales del hombre y no hay otro artista cuyo compromiso, pasión y expresión, lo represente" o la obra “Our Hope for Peace” que es adoptada como imagen del Año Internacional de la Paz, ocasión que se repetirá en el año 2000 con “Amanecer en el Nuevo Milenio” escogida como imagen de la Cumbre del Milenio; o las distintas colaboraciones como el mural “Encuentro 92” de la Plaza de América, con motivo de la Exposición Universal de Sevilla, y varias obras para el Comité Olímpico Internacional, donde ha desarrollado una importante labor creativa. Como los carteles editados a partir de obras de Gabarrón, conmemorativos de los Juegos Olímpicos de Nagano, Salt_Lake City o Atenas 2004; el gran mural cerámico de grandes dimensiones para el estadio olímpico de Baseball de Hospitalet con motivo de los Juegos de Barcelona 92, o el grupo escultórico de Atlanta Star durante 1996.
Sus orígenes de Mula son clave para entender la producción artística de Gabarrón, y es desde pequeño cuando más imaginamos, soñamos y expresamos nuestros sentimientos, en definitiva, son años que nos marcan a lo largo del camino de la vida, los artistas como Gabarrón, y los poetas utilizan su alma y los sentidos para hacernos llegar a sus sentimientos. Mula es una población del sureste español, que se encuentra en la ladera de una montaña, y en su cúspide un castillo, conjunto arquitectónico, en el que sobresale la poderosa Torre del Homenaje, impresionante mole de piedra, desde la que se divisa un entorno deslumbrante, y es sin duda ecos de este icono, la serie de las “Torres de la Alhambra” (2007).
Un paisaje que nuestro artista en su niñez pudo contemplar día a día desde el barrio popular del Puntarrón, y donde a los cinco años garabateaba el perfil del castillo en el suelo de tierra, y que esta capacidad creativa, desde una determinada experiencia fuertemente arraigada en el patrimonio histórico, mezclando tradición y modernidad, dota a sus proyectos de una monumentalidad, tanto si son pinturas, esculturas, intervenciones urbanísticas o escenografías. Podemos destacar la llamada “Capilla del Milenio” o la adecuación artística del “Parque Villa de las Ferias” en Medina del Campo, o las diversas ocasiones que sus conjuntos escultóricos se han expuesto en entornos urbanos de las ciudades más importantes del mundo propiciando un sobrecogedor impacto visual como la serie del “Quijote” instalada en diversos puntos de Nueva York.
Son tierras transitadas y habitadas desde tiempos prehistóricos por varias culturas, zona geográfica árida y seca, la población se encuentra localizada entre dos ríos que guardan una joya, la Mesopotamia española, bañada por los ríos Mula y Pliego. La población con el agua de sus ríos y con sus huertas, nos sugiere una sorpresa, un sueño abierto a los sentidos, un lugar que nos evoca el Paraíso, y nos proporciona el placer de los cinco sentidos. Para la vista, el color, la luz, la sombra; para el olfato, las plantas aromáticas o el dulce perfume del azahar de los naranjos y limoneros; para el oído, el suave murmullo del agua por sus acequias; para el tacto, las distintas texturas de sus paisajes, de sus materiales como el barro, presente en su serie “Alma de Barro” (2008), y para el gusto, el sabor de sus frutos, todo envuelto en un clima de sensualidad. Es el jardín del Edén, es un espacio vitalizador, es esencia viva y dinámica, energía del color, elementos presentes en la obra de Gabarrón, en continua transformación, como la naturaleza, es un artista integral, donde sintetiza diversas disciplinas artísticas, al caso vienen las esculturas públicas en la Región de Murcia, como “Frouida” (2006), ninfa de torrentes y fuentes termales en los accesos a la ciudad de Murcia, y que sirve como homenaje al Trasvase Tajo-Segura, que dota a esta Región árida del agua como fuente de vida; “Mullae” (2009), homenaje a Mula, y donde se recoge esa esencia, una escultura que dialoga con la sociedad y con el espacio público en el Parque que lleva su nombre, que se unen a una serie de monumentos públicos que se irradian por distintas ciudades del mundo.
Son muchos los premios, menciones, reconocimientos que ha recibido toda su carrera, destacan el Gran Premio de Pintura Bienal de Encuentros Mediterráneos de Dubrovnik en 1997, o el Premio Castilla y León de las Artes en 2000, especialmente querido para él, es el que con la ciudad de Mula en el año 2003 lo nombró Hijo Predilecto, junto a la creación de la Fundación Casa Pintada, Museo Cristóbal Gabarrón, proyecto cultural surgido y consolidado gracias a la colaboración de la Fundación Cristóbal Gabarrón y el Ayuntamiento de Mula, este espacio cultural se une a los Centros que tiene en Valladolid y en Nueva York. La Fundación fue inaugurada en 2005 por los Príncipes de Asturias, actuales Reyes de España, y se enclava en una de las casas blasonadas más destacadas de la localidad, la denominada “Casa Pintada” por sus excepcionales esgrafiados. Mula tiene una agrupación de edificaciones en el casco histórico, que integran un conjunto de valores tradicionales y estéticos, que se distingue por su emplazamiento y belleza arquitectónica.
El espacio además de hacer un recorrido a la trayectoria de Gabarrón, se ha convertido en un centro dinamizador de primer orden de Arte Contemporáneo en la Región, especializado en Arte emergente con una programación sólida, al mismo tiempo que estimula el interés hacia el conocimiento y la reflexión, facilitando el acceso del público a las transformaciones que han tenido lugar en el arte y la cultura en las últimas décadas. Uno de los leit motiv del Museo Cristóbal Gabarrón y su Fundación es la apuesta que se realiza por la educación y la adquisición de conocimientos en el desarrollo y exploración de los cauces de intermediación entre el arte y la sociedad. El arte es una de las herramientas educativas más potentes, y combinándola con la creatividad y las emociones en los procesos de aprendizaje, es impulsar la comprensión del Arte, objetivos de la Fundación unidos a los programas de inclusión y de accesibilidad de los diversos públicos al Museo.
El color y la luz son elementos sugestivos, expresivos y simbólicos en la obra de Gabarrón, y que dotan de claves expresivas a sus creaciones, son elementos integrantes que añaden plenitud y concreción a sus obras. Los efectos plásticos en la obra de Gabarrón, siempre inspirados en la vitalidad mediterránea, con colores rojos, azules, verdes,… Son obras en las que podemos ver el acto creativo y su interés, la fuerza y la trasmisión de valores expresivos, en proceso de búsqueda con el espectador y los efectos que se logran en la percepción de la realidad, transformándolos en reflexiones, e incitándole por un momento a que se detenga ante la obra para descubrir lo inadvertido, otro enfoque que puede resultar sorprendente, y todo con el color como elemento de evocación y de enorme impacto expresivo.
Otra característica es la pulsión, profunda, radical y original; éste sería el principio verdaderamente primigenio y fundamental: Gabarrón es “un buscador de esencias” y un indagador de la fuente del arte, de los instintos. Como “creador de forma de vida”, las obras de Gabarrón tienen algo importante que trasmitir, devuelve al ser humano aquella parte que le es inherente, que le pertenece, pero que se está perdiendo. Nos pone de manifiesto su forma de entender el arte, y en consecuencia, de contemplar al propio ser humano; nos acerca al espíritu universal, que está presente en los conjuntos de pinturas rupestres de las cuevas de Altamira en Cantabria o en el Lascaux en Dordoña (Francia), o los conjuntos megalíticos de Stonehenge Amesbury en el Reino Unido o Ggantia en isla de Gozo, al norte de Malta, o conocer y sentir el origen los primeros homínidos por las sabanas y lagos de Kenya o Tanzania, entre otros. La fascinación que ejerce lo primigenio y puro, hace que conceptualmente Gabarrón se encuentre en otro estadio. Sus obras son como un continuo resonar de la Tamborada de Mula, donde miles de personas hacen estruendo con sus tambores, y la madre tierra suena, son sonidos arcaicos y primigenios, con códigos ancestrales y universales, como los que reflejan y trasmiten las obras de Gabarrón.
Juan García Sandoval
Crítico de Arte y Curador